CASA PAREDES TRES OCHO


compartir

PROYECTO

HERNÁNDEZ SILVA ARQ. ASOC.
ARQ. JORGE LUIS HERNÁNDEZ SILVA

CONSTRUCCIÓN

HERNÁNDEZ SILVA ARQ. ASOC.
ARQ. JORGE LUIS HERNÁNDEZ SILVA
ING. HÉCTOR MENDOZA MEJÍA

COLABORADORES

ARQ. BELEN ALDAPA OROZCO
ARQ. FRANCISCO GUTIÉRREZ PEREGRINA
ARQ. ROMAN FERNÁNDEZ

UBICACIÓN

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO, MÉXICO

FECHA DE PROYECTO

2003


FECHA DE OBRA

2003-2005

ÁREA CONSTRUIDA

462 m2

CÁLCULO ESTRUCTURAL

ACERO Y CONCRETO S.A DE C.V
ING. DOMINGO URIARTE

FOTOGRAFÍA

CARLOS DÍAZ CORONA

El proyecto inicialmente parte de un terreno convencional en un fraccionamiento típico de la ciudad, con las limitaciones de reglamentos: servidumbres, alturas y densidades, pero da un interesante vuelco al platicar con el cliente en la primera cita, donde manifiesta: ''...antes de platicar sobre nuestras necesidades quiero pensar en la casa como una analogía del espacio a una pieza musical. Esto es: el recorrido como la evolución de la partitura que acoge todo tipo de sentimientos, desde el silencio hasta la estridencia...''    
        
El terreno tiene oriente al fondo y poniente a la calle, muy cercano al cerro del bosque de la primavera que sobresale por encima del fraccionamiento. La difícil orientación y un cliente no convencional, facilitan la disciplina de la experimentación obligando a que el proyecto busque trabajar más en el concepto que en su estilo.
       
El proyecto desmiembra ''el todo'' para entretejer los espacios con una línea multidireccional que emana un recorrido abocando siempre a la luz, a la transparencia y a un espacio que varíe siempre en todas sus dimensiones.
       
El concepto formal se percibe casi literalmente: una gran caja negra que levita, arropada por una escuadra firmemente afianzada al piso y que se ligan por un velo transparente, rematada por otra gran escuadra que se mimetiza con la sólida, pero con la percepción de la ingravidez.
       
La casa es cerrada al exterior y abierta a su intimidad aprovechando las diferentes relaciones espaciales por el trabajo de los desniveles propuestos en el proyecto.
         
El partido de la casa nace de la optimización de las áreas exteriores por lo que se colocan las cocheras y los servicios en un medio nivel bajo la calle, que además permite tener media plataforma adicional que genera espacios de altura y media. Al colocar el segundo piso en un sólo plano, dejando algunos espacios vacíos, el espacio fluye desde el primer nivel hasta la última cubierta.
        
La estructura de la obra, utiliza materiales pesados en su base y se aligeran conforme adquiere altura, las cimentaciones y muros de concreto son aparentes, emanan del suelo conformados por paredes blancas y lisas.
            
Todos los espacios están vinculados por dos circulaciones que atraviesan a lo largo del gran contenedor, anexos a un gran vacío que pernea de igual manera. Éstas circulaciones son transparentes permitiendo distribuir la luz a todos los espacios. La intención es tejer espacios donde cada uno se exprese individualmente, utilizando una línea de circulación que permite la continuidad del espacio siempre en varias direcciones.                              
        
En el acceso desde la calle existe un espacio muy vertical de doble plano que permite un colchón de aire para templar el calor del poniente y separa la relación a la calle. Una estancia cerrada cobija al visitante y lo lleva poco a poco a ir encontrando la casa en donde el espacio aumenta la dimensión y se profundiza según el recorrido hasta rematar en el centro que se convierte en el ''allegro con brío'' o inclusive el desgarramiento de la voz de una pieza de ''grunge'', aquí el espacio se ha desgarrado en todas direcciones: vegetación, concreto, vidrio, madera, piedra volcánica, fierro y agua. El espacio se desvía enfatizando al penetrar el punto medio del vacío, tratando que el usuario se convierta en un espectador central envuelto en diferentes transparencias, texturas y materiales.
                         
Las dos circulaciones horizontales son entrelazadas por una escalera situada en el gran vacío central y colocada a la inversa de lo que usualmente se utiliza, formando un balcón mirador que permite la visual entre la vegetación interior hasta el fondo del terreno.
        
La conexión auto-casa es el espacio más recurrente de los ingresos, por lo que es trabajado con la misma dignidad del acceso peatonal, utiliza el mismo espacio central generando un recorrido emergente del suelo y es sorprendido por el estanque central.
         
En la ciudad de Guadalajara, en especial en esta zona, el clima es generoso casi todo el año, son sin duda las terrazas los espacios más confortables. La casa tiene la flexibilidad de convertirse en una gran terraza de altura y media, las ventanas ligadas al espacio central, estancia y terraza se guardan para abrirse al exterior por vegetación con un estanque fijo (central) y uno temporal (el exterior).
            
La terraza es alta y sin columnas, lo que permite la interrelación sin obstáculos hasta el jardín.
         
Cocina y comedor son vinculados al nivel del ingreso, la primera ubicada hacia la calle con una ventana de salida de la fachada que amplía la perspectiva interior, el segundo mira por encima de la terraza y el espacio central, formando su ventilación del jardín lateral.
          
Todo el segundo nivel es vinculado por un sólo puente traslúcido rematado en una sutil escalera que lleva al último nivel en el cual se encuentra el cuarto de meditación. Trabajando como un gran mirador sobre el cerro, creando una atmósfera propicia para la reflexión.